Intuición Femenina

Paola estaba convencida que Paolo la engañaba... que le era infiel...
Así que permanentemente estaba desconfiando..., vigilante, alerta, tendiéndole pequeñas trampas..., insinuándole que ella 'sabía' que la engañaba...
Terminó de convencerse cuando leyó en el horóscopo que debía cuidar el terreno sentimental, donde estaba perdiendo terreno o posición..., lo cual fue la gota que derramó el vaso..., el pan ajeno que pinchó esa yema de huevo reservada para el final...

Es así que para tomar venganza en mano propia de sus sospechas..., decide empezar a darle celos con el esposo de una amiga: Vicky, e incluso hasta se las ingenia para hacerse ver entrando a un telo junto con éste y que Paolo luego se enterara...
Al mismo tiempo, decide convencer a su amiga de insinuársele a Paolo, contándole sus sospechas hasta pidiéndole el favor, a los efectos de poder corroborarlas...
A Paolo, que ya estaba medio podrido con las sospechas de Paola, que se había enterado recientemente de la infidelidad de ella, ya a esa altura, lo invadía cierto espíritu de entre bronca, desilusión y venganza..., y hasta de injusticia o inmerecimiento, dado que nunca le había sido infiel a Paola.
Para agravar la situación, Vicky, la amiga de Paola, estaba realmente buena ( sugerente e insinuante, pero no en demasía, sexy, simpática, lindo andar al ir..., y al venir...), no resiste tal tentación..., contándole además... de lo ocurrido entre su esposo y Paola..., y dejándose llevar por la lujuria provocadora y ya luego de eso, desenfrenada, de Vicky..., lo que pasó de ser un peligroso juego simulado a una realidad provocada.

Al enterarse Paola, le recrimina a Paolo...:

" LO SABÍA !, a pesar que siempre lo negaste SIEMPRE INTUÍ que me cagabas !!, algo me decía que me eras infiel !!
Y encima te tranzaste a mi amiga !!!, sos un hijo de puta !!... No sólo me mentiste sino que además traicionaste mi confianza !"

Y así siguió Paola por la vida..., convencida cada vez más de los poderes de la intuición femenina... y en particular de sus poderes especiales... de casi bruja..., que la hacen adelantarse a la realidad... ( o provocarla...), interpretarla si es necesario o si dista un poco de lo palpitado por su intuición, para acomodar la realidad (parcialmente percibida y casi transformada) con esos lentes adaptativos de intuición, o no dejarse engañar por la realidad si es que dista demasiado..., entendiéndola en este caso como un espejismo..., y en el supuesto caso de detectarse el conflicto entre la intuición y la realidad..., la primera prevalece..., ya que 'nunca falla' y tiene así todo el crédito...

Esta anécdota pudo haberse pintado con una relación laboral, o social o cualquier otra..., poco tiene que ver con la infidelidad o incluso con la relación de pareja, y mucho con las estructuras o esquemas mentales que nos armamos, con prejuicios y con un ego fatalista... que sobredimensiona de mala manera 'la intuición' en detrimento de la percepción... No hace falta cuestionarse, no hace falta analizar..., ya se intuyó y sólo resta interpretar las 'pruebas', lo cual es fácil de conseguir... ( más fácil que las armas de destrucción masiva en Irak )

Resulta que a veces las personas suelen no percibir su poder de influenciar en cómo se desarrollan los hechos, por acción u omisión. Algun@s suelen cegarse ante la evidencia concreta, sobredimensionando su poder de 'intuición'..., cambiando así en su escenario mental de la vida, su rol de protagonista o al menos actoral ( rol secundario en el peor de los casos), por el de mero espectador..., que se sienta a esperar que suceda lo que ya intuyó (e internamente sentenció).
Y así... la realidad ya no es percibida sino que pasa a ser autoproyectada..., no hay demasiado lugar para recibir nuevas señales, proyección con una excelente definición desde esa óptica intuitiva... que hasta cuando no se pueda entender, tiene la última palabra... Que subjetivamente hará todos los esfuerzos por corroborar sus pálpitos, hasta de provocar (inconscientemente) sus sospechas..., la suerte está echada...; la percepción y todos los sentidos son puestos así al servicio de la intuición... y a operar en nombre de ella, haciendo 'cerrar' los hechos, facilitando que ocurra.
Cada dato de la realidad..., si llega a percibirse y no es ignorado inconscientemente por distar de lo esperado (una extraña propiedad de la intuición de actuar como filtro sensorial de los datos e impulsos no convenientes), en ese caso será interpretado bajo el marco interpretativo intuitivo, a veces hasta con bordes de prejuicios...
Y así, hasta la evidencia que objetivamente podría derribar ese castillo de naipes en el aire, bajo este marco, pasa a ser una 'corroboración de la intuición', con una lógica cargada de argumentos faltantes, pero sustituidos con el 'válido comodín' de la intuición...
Si el contraste fuese demasiado grande..., siempre habrá lugar para la duda o interpretaciones tan sutiles y rebuscadas, dignas de un Oscar a la mejor Ficción...

De esta forma..., los 'Paolos' del ámbito en cuestión, no sólo no recibirán el voto de confianza o respaldo, sino que estarán bajo sospecha, y todo hecho o parecer será sometido al marco de la intuición, vale decir, que más allá de un juicio justo y mucho más allá del rigor científico de la observación objetiva..., ya es un caso (pre)juzgado..., y el proceso servirá únicamente para recoger los argumentos necesarios para avalar el fallo... como si la intuición fuera, en ese caso, un personaje interno con vida propia y muy egocéntrico que ya flechó la cancha...

Todo este divague no es un ataque a la intuición (ni a la intuición femenina)..., es hasta un alegato en su defensa, pero su genuina defensa, pero no su abuso para desarrollar silogismos y conclusiones 'berretas' y ridículas, en nombre de ella..., haciéndole trampa a la realidad...

Un cuento de García Márquez ilustra perfectamente este efecto de tergiversación causa - consecuencia y cambio de roles: de supuestos espectadores de un suceso inevitable, a protagonistas directos que lo provocarán... Una trilogía escenográfica perfecta: un ámbito donde los rumores corren rápido, la intuición y la gente más dispuesta a alimentarse de lo extrasensorial o lo sospechado que de lo que perciben..., con mayor poder de sugestión que de análisis.
En el mismo (el cuento) una señora de un pequeño pueblo amanece con el 'presentimiento' acerca de que algo muy grave ocurriría esa tarde en el pueblo... La señora le comenta su preocupación a su hijo, que luego afectado lo comenta en un bar, luego llega a una vecina, que lo comenta en una carnicería... y así vía radio pasillo (el rumor, o el "se dice") - herramienta complementaria valiosísima de la intuición ( es fantástica porque con estas dos herramientas se puede suplir cualquier falta de argumentos o datos consistentes)-, poco a poco, la onda expansiva del rumor es catalizada y alimentada en cada comercio, por cada ama de casa en sus hogares, sus esposos en los lugares de trabajo, y cada ámbito de encuentro social... Progresivamente, pero a un ritmo exponencial, el rumor (o ya casi certeza) sobre algo de suma gravedad que inevitable e inminentemente ocurriría esa tarde, invade todo el pueblo...
Así es que en un tenso dramatismo, esa misma tarde, se produce un éxodo de guerra, donde la gente huye despavorida, en pánico, llevándose lo que puede e incendiando sus casas para evitar que caigan en manos del mal y que la desgracia se aloje allí...
Es en esos momentos... que la señora 'de la premonición' (el sueño) le revela a su hijo un testimonial y concluyente, fatalista y contundente:

"¿Vistes m'hijo, que algo muy grave iba a suceder en este pueblo?"